Por: Dr. Ricardo de la Rosa Trejo.
En el pasado proceso electoral donde se renovaron los 58 municipios del estado de Zacatecas destacó, por su singularidad, la campaña política que realizamos y que nos llevó a obtener la presidencia municipal de Trancoso, un municipio con casi 17 mil habitantes, un poco más de 11 mil electores y que se ganó con 2,273 votos y una participación ciudadana de 68.2%. A continuación se ofrece una relación de las claves que, conjugadas, nos llevaron al triunfo abanderando a la Coalición Rescatemos Zacatecas.
Clave 1: Para lograr la unidad del partido, primero escuchar a la ciudadanía y hacer a un lado el sectarismo.
Esto se logró antes del inicio de la contienda constitucional, precisamente cuando al interior del partido en el que milito, el PRD, realizamos una profunda reflexión planteando una pregunta orientadora: ¿por qué después de haber gobernado Trancoso en 2001-2004, en tres ocasiones consecutivas habíamos sufrido igual número de derrotas? Y la conclusión a la que arribamos fue muy clara: hacíamos un procesamiento erróneo de la selección de candidaturas, ya que antes de entrar a esas contiendas, dicha selección de quien iba a ser el candidato se convertía en nuestro Waterloo, pues los demás aspirantes, los que no resultaban favorecidos, a lo sumo hacían campaña de “brazos caídos” o, en el peor de los casos, hacían campaña en contra. En otras palabras, el método de selección de candidaturas no era el mejor. Por eso en esta ocasión optamos por preguntarle a la ciudadanía, mediante una encuesta acordada entre todos los aspirantes –que éramos diez–, a quién querían como candidato(a). Adicionalmente los aspirantes habíamos firmado previamente un documento –teniendo como testigo de honor al presidente de nuestro partido– en el que se establecía que los que no resultaran favorecidos en la encuesta se comprometían a apoyar al ganador, y éste a integrarlos. Prácticamente todos cumplimos el acuerdo y fuimos a la campaña en unidad.
Clave 2: Para integrar un polo de fuerzas políticas progresistas vencedor, hacerlo en forma incluyente y respetuosa.
Estuvimos conscientes desde el principio que las fuerzas propias no bastaban para lograr el triunfo. Por ello, comenzamos haciendo alianzas con distintas fuerza políticas, a quienes sólo les pedimos como condición que tuvieran un compromiso real de servicio y búsqueda del desarrollo de nuestro municipio, y por nuestra parte, ofrecimos respeto y confiabilidad en el trato, invitándolos no sólo a apoyarnos durante la campaña, sino también a gobernar juntos en caso de lograr el triunfo, como así será. Bajo esas premisas se integraron en torno a nuestra candidatura los líderes del PAN, por la vía de la coalición formal, y los disidentes al interior de ese partido; los líderes más consecuentes del PT, entre ellos la mayoría de los miembros del cabildo gobernante; los miembros del PRI agraviados por la imposición de la candidatura a presidente en su partido; los líderes naturales de Nueva Alianza inconformes con el trato irrespetuoso que recibían por parte de su candidato; los líderes más destacados de Movimiento Ciudadano, entre ellos la mayoría de los miembros de la planilla contendiente, hastiados de las pugnas internas; y muchos representantes de organizaciones sociales de toda índole: comerciantes, amas de casa, jóvenes, artistas, estudiantes, deportistas, meseros, agricultores, ganaderos… y una gran cantidad de ciudadanos sin partido, líderes de opinión.
Clave 3: Para recuperar la confianza de los ciudadanos en la política y en los políticos, hacer una campaña distinta y de compromisos.
En vez de recurrir a los típicos mítines y a la parafernalia electoral, nos propusimos platicar cara a cara con los jefes(as) de familia existentes en el municipio; al final lo hicimos con dos mil setecientos. Este tipo inédito de campaña electoral nos permitió conocer los verdaderos anhelos del pueblo y recibir no sólo propuestas, sino también consejos acerca de la forma de gobernar que esperan de nosotros, amén de tener ya una relación casi exacta de las demandas que deben ser contempladas para su satisfacción en lo que será el Plan de Desarrollo Municipal 2013-2016. Y por si fuera poco, los compromisos con cada jefe(a) de familia los firmamos y les entregamos una copia de ese documento, al tiempo en que en el único mitin que hicimos –el del cierre de campaña– un notario público dio fe de los compromisos asumidos. Así recuperamos la credibilidad y la esperanza de los trancoseños. Tocante al tipo de compromisos asumidos, lo que se puede decir es que fueron aquellos viables de cumplir en materia de obras de infraestructura, servicios públicos, y una política social con rostro humano enfocada a la reconstrucción del tejido social mediante acciones como el otorgamiento de becas a estudiantes, el apoyo alimenticio a las personas vulnerables (discapacitados, jefas de familia y ancianos enfermos) y el mejoramiento de las viviendas de los matrimonios jóvenes (habida cuenta del altísimo índice de hacinamiento existente en las casas habitación existentes). Sin olvidar otras propuestas importantes como la abolición de las cuotas escolares para hacer efectivo el derecho social a la educación, mediante el apoyo de la municipalidad a las escuelas; el hacer de Trancoso y su tesoro histórico, cultural y de tradiciones, un destino turístico aprovechando la cercanía estratégica respecto a la capital del estado; la conservación del medio ambiente a través de políticas ambientalistas desarrolladas por lo que será el departamento de ecología municipal, de nueva creación; etc.
Clave 4: Para blindarnos contra la guerra sucia y la inequidad en la contienda, hacer una campaña respetuosa, honesta, limpia y austera.
Soportamos estoicamente el embate de nuestros adversarios y de sus patrocinadores que, inventando infundios, amenazando, y utilizando los bienes y los programas sociales gubernamentales y la compra de votos a su favor, intentaron torcer la decisión del pueblo. Embestida que arreció en los últimos días de la campaña, sobre todo el día de la elección, pero que antes ya se había expresado en la destrucción de nuestra escasa propaganda. De la inequidad en la contienda da cuenta la metáfora que utilizaron nuestros compañeros para llamar a esta campaña “la guerra del cemento vs los churritos”, en la que al final triunfaron éstos últimos (esto porque al tiempo que nuestros adversarios repartían cemento, nosotros regalábamos frituras –elaboradas por nosotros mismos– y frutas picadas a los niños). Así, sin recursos pero con el respaldo de un equipo de campaña entre cuyos miembros prevaleció siempre la fraternidad y el espíritu de lucha, fuimos convenciendo uno a uno a la mayoría de los trancoseños de que la opción que representábamos era la mejor, y fuimos capaces también de defender los votos conseguidos en las urnas.
Clave 5: Para contribuir al triunfo distrital, hacer sinergia con el candidato a diputado.
Por el hecho de que paralela a la campaña de ayuntamiento tuvo lugar la campaña de Gilberto Zamora, nuestro candidato a diputado por el distrito VI, que lo conforman además de Trancoso los municipios de Ojocaliente, Pánfilo Natera, Cuauhtémoc y Genaro Codina, fue necesario establecer una buena relación entre los dos candidatos y sus equipos de campaña, para ahorrar recursos, sincronizar actividades y hasta homologar mensajes dirigidos a los posibles votantes. Al final ello también fue un éxito, pues Trancoso contribuyó con una buena cantidad de votos al triunfo de Gilberto, y el trabajo conjunto disipó la amenaza –siempre latente en otras campañas– del llamado “voto diferido”, que en esta ocasión no se dio.
En fin, otras enseñanzas podrán obtenerse del proceso electoral que vivimos en este 2013 los trancoseños. Por lo pronto, se rompió una alternancia que llevaba ya nueve años. Nuevos derroteros nos aguardan y sólo hay una forma de estar a la altura de lo que Trancoso espera de nosotros: trabajar incansablemente, con honestidad y en congruencia con nuestros ideales.