Colaboración y Análisis Económico Financiero
Mtro. Víctor Hugo Galicia Soto
Definitivamente vivimos en el país de las maravillas, sueños, promesas, buenas intenciones y una triste realidad.
Observe usted porque le digo esto para que la economía nacional no sufra por la debilidad de la demanda de Estados Unidos, el gobierno busca avivar el consumo con una receta más cauta que la de Brasil: Reformas para ganar productividad, pero eso no traerá un alza inmediata en los estancados salarios.
Pero además lo más triste y real durante la última década, el salario mínimo cayó del 60.06 a 58.10 pesos (4.64 dólares) diarios, según la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos. Por ello con estos sueldos, las remesas que envían familiares desde Estados Unidos son la red de contención para que muchos hogares lleguen a fin de mes. Y la caída de estos flujos en los últimos meses sepultó las esperanzas de que el consumo crezca pronto.
Hasta el cauto Banco de México reconoció la debilidad del consumo privado, que desde el tercer trimestre del 2012 se ha desacelerado y solo creció 0.2 % entre enero y marzo.
Más allá de cruzar los dedos para que se fortalezca la demanda Estados Unidos (El mayor socio comercial de México) por las exportaciones mexicanas, el Gobierno priista necesita que se concreten las reformas necesarias para que esto pueda se pueda lograr
Si no existe un estímulo externo para nuestro crecimiento económico, se debe de impulsar reformas de carácter estructural y políticas públicas que nos permitan fortalecer el mercado interno.
Porque con menores ingresos por la venta de petróleo, un pequeño déficit fiscal y las ya bajas tasas de interés, el gobierno no tiene mucho espacio para estimular la economía y solo puede intentar crear más puestos de trabajo formales (aunque sean mal pagados) para subir la demanda interna al menos en el papel.
Pero la situación y el panorama aún son más obscuros durante sus primeros siete meses en el Gobierno, Peña Nieto logró la creación neta de 62,485 empleos, la cuarta parte de lo generado en el mismo periodo un año antes. En junio solo se crearon 2,519 puestos, el mínimo en 10 años.
Cada año un millón de nuevos buscadores de trabajo irrumpe en el mercado a la caza de oportunidades, estiman especialistas, y en el mejor de los casos el ritmo económico solo alcanza a generar puestos para la mitad de ellos, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
De tal manera que el mercado laboral ha sido un ancla visible para la inflación empujada por costos, pero una débil palanca para el crecimiento del consumo privado.
Y en esta parte es en donde el sueño del mexicano y las incumplidas promesas de los gobernantes, quitan el sueño, ya que los precios de los productos siguen aumentando, mes a mes o semana a semana.
México es uno de los países más abiertos de la región, con un comercio que equivale a poco más del 60 % de si economía, según la organización Mundial del Comercio (OMC). Su consumo privado representa alrededor del 40%
Y en contraparte en México disminuyó el ritmo de expansión del crédito al sector privado a tasas del 5.8% en junio, casi la mitad del crecimiento de un año antes. Por ello observamos que las ventas al por mayor (que anticipan a las minoristas) cayeron 5.5% entre enero y mayo y la confianza en la economía toco en junio su menor nivel en nueve meses
Ante todo este desbarajuste que se vive en la economía mexicana, la falta de acuerdos, el seguir dándonos atole con el dedo, entre si la selección de futbol, califica o no al mundial, entre que si la inseguridad, el consumo, los precios de los productos y los últimos gasolinazos, los mexicanos cada vez nos alcanza menos.
Los sueldos estancados y los precios de los productos a la alza que contrariedades
