Por: Ricardo Evodio Cabral Vera
El gran lleno de este lunes en el Teatro del Pueblo fue el reflejo de que Julión Álvarez es hoy por hoy uno de los favoritos en la música mexicana y avaló con su actuación que el Patronato de la Feria no se equivocó en contratarlo como una de las principales atracciones del calendario abrileño.
El cantante nacido en el estado de Chiapas, tuvo una actuación más larga de lo habitual pues su concierto se prologó casi por tres horas, ante un público que lo cobijó como el gran consentido que es, para sus fans que son de todas las edades.
La explanada del Teatro del Pueblo estuvo abarrotada casi a su capacidad, aunque no fue un lleno incómodo, muchas parejas buscaron la forma de abrirse el espacio y bailar y de hecho, era posible caminar por el lugar.
Personas del municipio y de otros lugares cercanos e incluso de otras entidades, comenzaron a arribar desde temprana hora, aunque fue hasta pasadas las nueve de la noche que se llenó el primer sector, el segundo y las gradas se saturaron una hora antes de que apareciera el artista estelar.
Una noche mágica en al que pudieron escucharse prácticamente todos los temas del cantante, la Fari Fay, No vales ni un peso Ayer la vi por la calle, Fue Así, Y Tú, Ni lo Intentes, La María, Las Mulas de Moreno (Qué te parece), Te Hubieras ido antes, Olvídame, Un simple terrenal, Perdón Por qué, Y me da Vergüenza, Mi mayor Anhelo y temas que ha adoptado para su repertorio, como Tristes Recuerdos e incluso Devuélveme a mi chica, éxito de los Hombres G.
Contagiado de la emoción, el alcalde José Manuel Viramontes Rodarte, entregó un reconocimiento y afirmó que si apenas en la apertura de la feria se registró una asistencia de 20 mil personas, esa marca fue batida con 30 mil almas esta noche.
Julión derrochó sencillez, frecuentemente saludaba con la mano al aire, como si reconociera a alguien del público, luego personalmente anunció a un niño y una niña extraviados y no dejaba de agradecer el gesto de la autoridad municipal.
Pero el momento emotivo de la noche, fue cuando subió al escenario su padre César Álvarez Villalpando, a quien presentó como paisano zacatecano y juntos entonaron Ese Señor de las Canas, con amplia ovación.
Finalmente Julión prolongó su espectáculo casi por tres horas, a pesar de que alguien le insistía que ya debía cortar, pero él comentaba que no podía irse porque había todavía mucha gente, bailando y divirtiéndose., finalmente se despidió cuando las manecillas estaban por llegar a las 2:00 horas de la madrugada, interpretando por tercera ocasión Y fue Así.