Cuando todo mundo reconoce que México ha entrado a una fase de creciente ingobernabilidad, el gobierno de Miguel Alonso insiste en las irresponsables tácticas de desgaste a los ciudadanos con legítimas demandas.
Nos parece que es extremadamente irresponsable obligar a los humildes ex braceros a acudir a la capital del Estado a demandar que se ejerzan los recursos programados por la Legislatura, mismos que deberán ser repartidos entre quienes fueron víctimas de gobiernos ladrones que en el pasado se embolsaron el 10% de los ingresos de los mexicanos enviados a los Estados Unidos.
Hemos visto el engaño del que hacen objeto a los que han sufrido daños en sus inmuebles debido a las explosiones en la mina Aranzazu.
Es indignante ver que a esos humildes zacatecanos se les trae de la seca a la meca sin que nadie los escuche. El gobernador del Estado rarísima vez escucha a grupos inconformes y sus funcionarios actúan con insensibilidad, tal que hacen venir a la gente una y otra vez sin que la causa avance un milímetro.
El debate del paquete económico se está yendo por la tangente cuando se cuestiona la política de endeudamiento y la pretensión de elevar impuestos elude el fondo del problema que no es otro que la falta de transparencia y la atrofia total del sistema local de rendición de cuentas.
Es hora de un cambio de actitud, la ingobernabilidad en el país es razón suficiente para impulsar la autocrítica en los círculos de poder en todos los niveles, por tal razón, demandamos una verdadera atención a los problemas y no más puestas en escena de ceremonias que no tienen más finalidad que la propaganda.
