Nuevamente el desborde en las calles del centro de Jerez se hizo notar con la presencia de miles de locales y visitantes de toda la República y el extranjero, que se conglomeraron para celebrar el esperado Sábado de Gloria en Jerez, dando continuación al exitoso inicio de La Feria de Primavera Jerez 2015 y su clasificación como una de las más esperadas a nivel nacional.
El máximo festejo jerezano este año está superando la convocatoria a nivel estatal y nacional alcanzada en el 2014, logrando una vez más traspasar las fronteras tras la multitudinaria presencia de cabalgantes y asistentes provenientes también del extranjero.
Ante esto se confirma el rotundo éxito en la estrategia implementada desde el año pasado, de impulsar fuertemente la economía del municipio por medio de la realización de la fiesta con desarrollo turístico más grande que se haya vivido en Jerez.
Dicho festejo comenzó con el representativo corte de soga, seguido de la tradicional Cabalgata Charra liderada por el presidente municipal Eustaquio Márquez Sánchez y el gobernador del Estado Miguel Alonso Reyes, así como por distintas autoridades federales, estatales y locales, partiendo del puente del Río Grande y pasando por las calles San Luis, Ramón López Velarde, Aurora, Plaza Principal, Guanajuato y Pino Suárez, hasta llegar al Portal Inguanzo donde se asentaron para disfrutar del ambiente.
Acto seguido funcionarios y espectadores, fueron testigos de las demostraciones de traje charro y las premiaciones a los mejor vestidos con él.
Al llegar el medio día se vivió la “Quema de Judas”, en la que piñatas rellenas de pólvora que representaron a personajes políticos y personajes socialmente populares, fueron lazadas y arrastradas por los charros.
El espectáculo de las bandas de música no se hizo esperar, logrando reunir por las calles del centro a diversas agrupaciones jerezanas reconocidas en toda la región y el país.
A lo largo de la calle San Luis, los templetes fueron saturados por las familias que bailaron y disfrutaron de las melodías de música popular al máximo.
De nueva cuenta las camisas a cuadros, sombreros y botas vaqueras, junto con el sonar de los tamborazos rodeados por grupos de amigos que con efusivo ánimo brindaban una copa, fueron característicos del festejo.