David Monreal Ávila, senador de la República, presentó una iniciativa para incluir el aspecto ecológico en el rescate al campo y privilegiar con taza 0% al IVA de los insumos orgánicos; llamó a no tratar la cuestión del campo como un problema de política económica, sino como un asunto de seguridad nacional, salud y responsabilidad ecológica.
Indicó que a pesar de la falta de apoyo, el campo aporta al PIB nacional 679,896 millones de pesos corrientes que pero alertó que esta producción de 20 millones de hectáreas se encuentra en peligro.
México ha adoptado el modo de producción del resto del mundo: se caracteriza por el alto uso de insumos sintéticos, donde el monocultivo –que erosiona los suelos cultivables- se justifica como herramienta para lograr mayor eficiencia del proceso productivo, que ha mostrado serios problemas de sostenibilidad en veinte o treinta años de uso intensivo y ocasiona la destrucción de los recursos naturales, del paisaje y la desaparición de pequeños productores regionales.
El gran capital internacional ha utilizado químicos que ponen en riesgo la sostenibilidad del desarrollo económico y la seguridad alimentaria de las futuras generaciones, por lo que es responsabilidad del Estado contrarrestar dichos efectos y repensar el modelo económico, social y ambiental del campo.
Según la propia Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (SAGARPA), dicho modelo está propiciando que el suelo sufra de un agotamiento acelerado de materia orgánica y de un desbalance nutrimental, y que al transcurrir el tiempo pierda su fertilidad y capacidad productiva
Asimismo, refirió el senador, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha señalado que la agricultura orgánica, o el uso de fertilizantes y abonos orgánicos, están abocados y comprometidos a la conservación y al aumento de la biodiversidad dentro de los sistemas agrícolas, por lo que representa una alternativa viable y responsable ante el inminente peligro en que nos encontramos.
Los estudios respecto de las ventajas del uso de fertilizantes y abonos orgánicos, no dejan lugar a dudas: han demostrado que con su uso hay un aumento en la producción y se obtienen productos agrícolas de mayor calidad nutritiva para satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras de sus productos, garantizando al mismo tiempo la rentabilidad, la salud del medio ambiente y la equidad social y económica.
Concluyó remarcando la importancia y urgencia de privilegiar con taza 0% al IVA de los insumos orgánicos para el campo, además de la creación de mecanismo que faciliten esta noble labor, que, para muchos, es el sustento de millones de familias.