Como parte de la actividad cultural de Zacatecas que lleva acabo el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, se presentó en el Teatro Ramón López Velarde la ópera Carmen, de Georges Bizet.
La obra más importante de todo el repertorio operístico se hizo presente bajo la batuta del director concertador Arturo García Cuellar y la dirección escénica de Arturo Barrera Basurto.
En esta velada, la mezzosoprano, Solanye Caignet, interpretó a una Carmen «hermosa, sensual, dominante sobre el sexo masculino, fuerte, creyente en sí misma y confiada de su libertad».
Carmen relata una apasionante historia de amor basada en los celos y la traición de una gitana, quien tiene un trágico final; la puesta revela un cuadro lleno de pasión y colorido en donde las tentaciones de la vida se hacen presentes en un marco en donde las tradiciones españolas se pueden palpar durante los cuatro actos de la obra, con una duración de poco más de tres horas.
Los detalles de Carmen fueron estrictamente cuidados, el geometrismo escénico se apreció no sólo en las fachadas y la producción digitalizada, sino también en el vestuario, mobiliario, los juguetes de los niños o la montera del matador Escamillo.
Gran parte de la responsabilidad del éxito de esta ópera recayó en Arturo García Cuellar, director titular de la Orquesta de Cámara del Estado de Zacatecas, quien supo sacar el mayor provecho posible a los músicos que se lucieron en cada una de sus intervenciones, quienesfueron guiando al público.
El elenco estuvo encabezado por los tenores Rodrigo García y Dagoberto Salas, las sopranos Sheila López, Karla Sagredo y Anna Carrillo, los barítonos Daniel Cerón, Jonathan Falcón y Arturo Limones, y el Bajo, Abraham Saldaña .
De igual forma la intervención de las coloridas voces del Coro del Estado de Zacatecas, el Taller de interpretación operística y la Sociedad Coral Infantil de Zacatecas, tuvieron una coordinación exacta de distintas tesituras.
Al finalizar, los intérpretes, músicos y coristas agradecieron al público que de igual forma correspondió con enérgicos aplausos que se prolongaron por varios minutos.