Al señalar que el cáncer de la corrupción ha infectado todo el sistema político mexicano, pasando por cada uno de los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal; y por los tres poderes: el legislativo, ejecutivo y judicial, David Monreal Ávila, senador de la República, sostuvo que no podemos acostumbrarnos a esta actividad delictiva. Debemos combatirla, aseveró.
Refirió que la corrupción es un negocio que duplica las ganancias del crimen organizado, según datos del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dichas ganancias son superiores a los dividendos que el país capta como producto de la extracción de petróleo crudo y gas cada año.
Sostengo, dijo, que la corrupción debería ser perseguida como delincuencia organizada, dada la gravedad del tema .5% de nuestro producto interno bruto se va directamente a los bolsillos de quienes han antepuesto sus intereses personales, a los intereses del pueblo, por el que juran trabajar.
Lamentablemente, subrayó Monreal Ávila, son los mismos operadores de la ley quienes la violan sistemáticamente, pues de los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el último y deshonroso lugar; del bloque de los BRICS, ocupa el noveno lugar de los diez miembros, y de todos los países del mundo, el puesto número 17, según datos recientemente publicados por transparencia internacional.
Por si fuera poco, Zacatecas ocupa el tercer lugar nacional en opacidad en manejo de recursos públicos. El gobierno del estado no cumple sus obligaciones de contabilidad, lo que fomenta las condiciones de opacidad y discrecionalidad en el gasto del dinero del pueblo.
Basta recordar que el empréstito de más de 2 mil millones de pesos, recientemente aprobado por el congreso, aun en contra del precepto constitucional consagrado en el artículo 117 que dice: “los Estados no pueden, en ningún caso, contraer obligaciones o empréstitos sino cuando se destinen a inversiones públicas productivas y a su refinanciamiento o reestructura”, no cuenta con ningún mecanismo de rendición de cuentas que disipe la enorme cortina de humo que rodea al gobierno de Miguel Alonso.
El legislador indicó que tenemos la enorme tarea de acercar a la ciudadanía a la política, y para ello necesitamos conducirnos con la rectitud que nuestra tierra exige. Quienes tenemos el honor de representar a la gente que sostiene a este país, estamos obligados a rendir cuentas y ser incorruptibles, existan o no leyes que así lo exijan, pues es una cuestión moral.
El movimiento que encabezo tiene su fuerza desde las bases de Morena, afiliados o no, ciudadanos progresistas y consientes de la necesidad de renovar la clase política viciada y ambiciosa, para dar paso a una nueva forma de gobernar, teniendo como estandarte la voluntad del pueblo, para lo que necesitamos un brazo fuerte, sostenido por los valores democráticos que dieron origen a nuestra patria, finalizó