Francisco Rojas Pérez, Presidente de la Central Campesina Independiente, advirtió que más de la mitad de las tierras agrícolas de un total de cerca de 30 millones de hectáreas, son tierras de cultivo y están empobrecidas o contaminadas por lo que pequeños productores enfrentamos todo tipo de desventajas que en la mayoría de los casos nos ponen fuera del mercado y paulatinamente va ocasionando que se abandone la actividad.
El sector al igual que toda la economía, está polarizado entre un estrato de productores vinculado al sector exportador, altamente competitivo, muy moderno, que recibe inversiones y fuerte apoyo gubernamental y una amplia capa de minifundistas, desarticulados, atrasados técnicamente, que producen principalmente para el autoconsumo y que dependen de subsidios del gobierno para mantener un nivel de ingresos que les permitan, junto con las remesas y lo que perciben de actividades remuneradas en otros sectores, mantenerse activos.
Señaló el dirigente de la CCI que de 5.3 millones de unidades económicas rurales, 3.9 millones –el 72.6%– son pequeños productores; unos 448 mil (8.4%) desarrollan actividad empresarial pujante, y sólo 18 mil –0.3%–, pertenecen al sector empresarial dinámico.
En entrevista, dijo que los recursos destinados al sector agropecuario generan una producción de más de 280 millones de toneladas de alimentos y materias primas para la industria con un valor de 440 mil millones de pesos, que nos ubica como el doceavo productor de alimentos en el mundo, según lo ha informado el gobierno federal.
A pesar de estas cifras, la producción es insuficiente para cubrir la demanda interna de alimentos, apenas satisfacemos con productos nacionales un poco más de la mitad de lo que consumimos, acusando una dependencia alimentaria preocupante en productos básicos y estratégicos como el caso de maíz, arroz, trigo, soya y carne porcina y aunque en términos absolutos ha crecido la producción, la producción per cápita se ha estancado o caído en algunos productos.
Aunque el sector agropecuario ha crecido, precisó, aún con desequilibrios internos, altibajos en las cosechas y volatilidad de precios, ha reducido su participación en el PIB global, pasando de 16.1% que era en 1950 a solo 3% que es actualmente.
Además, hizo ver que la débil e ineficiente participación de los productores primarios en las cadenas de valor ocasiona que éstos, reciban muy poco del valor final de su producto.
Las grandes cadenas de supermercados están avanzando a grandes pasos en el dominio del mercado alimentario, tan solo una de ellas, concentra ya alrededor del 15% de las operaciones. Además, en los mercados regionales y locales los acopiadores acaparan las cosechas, están supeditados a la ley del más fuerte, generando graves distorsiones con las que los pobres pagan los productos a precios más altos.
Francisco Rojas Pérez, Presidente de la CCI, dejó en claro que el sector enfrenta elevados costos de producción, productividad estancada, precios bajos al productor, rentabilidad marginal, comercialización en vías de monopolización, falta de tecnificación, comercio externo injusto, financiamiento escaso, asistencia Técnica y Capacitación limitada.
Ante la problemática, propuso diseñar y establecer apoyos para restaurar los recursos naturales: En el caso del suelo, impulsar programas para intensificar el uso de fertilizantes orgánicos, rotación de cultivos y remediación de suelos contaminados; en el del agua, financiar la recuperación del agua contaminada por en el uso doméstico y comercial.
Igualmente impulsar y financiar el uso más racional y eficiente del agua, instrumentar programas para reactivar las tierras ociosas, apoyar a los productores para recuperar las tierras rentadas.
Revisar y mejorar los programas compensatorios como el PROAGRO y Agricultura por Contrato de Apoyo a la comercialización, ya que actualmente, en algunas regiones de altos costos de producción, no representan ni el 5% del costo por hectárea, fomentar con mayor ímpetu la producción de frutas.
También fomentar el consumo los productos agrícolas en el mercado nacional, desarrollando los mercados locales y regionales y combatiendo las prácticas monopólicas tanto en el mercado de productos como en el de insumo, revisar y reducir los impuestos sobre insumos agrícolas y financiar a los productores, transportistas y comercializadores al menudeo la adquisición de infraestructura y equipo para reducir mermas.