Hoy quiero compartir con ustedes una serie de reflexiones porque en días pasados he podido ver, a través de la maravilla de las redes sociales, cómo la gente se ha volcado y dado muestras de un interés y pasión desaforada, por no dejar pasar una fecha memorable: el nacimiento del movimiento Monrealista del 98.
La memoria es el mejor aliado de la historia, y ésta –como maestra de la vida- una y otra vez nos ha dejado claro que quien no sepa de dónde viene, difícilmente sabrá a dónde va.
Hace 20 años en Zacatecas, miles de mujeres y hombres comprometidos, empresarios, organizaciones civiles, profesionistas, productores, comerciantes, estudiantes, amas de casa y trabajadores, le dieron vida al Monrealismo, que es un movimiento social amplio e incluyente; dotado de contenido y de pensamiento crítico; libertario y reivindicador de derechos, que con una desenfrenada energía y un poderoso anhelo de cambio, fue capaz de modificar la raquítica y errónea forma de ejercer el poder y de hacer política que padecíamos en el Estado.
Durante este tiempo hemos caminado juntos y participado en batallas cruciales como en el 98, en el 2000, en el 2006, en el 2010, en el 2016 y, por supuesto, en este 2018, año que marcará el inicio de la Cuarta Transformación Nacional, y de la cual, tenemos la alta distinción de ser parte fundamental de ella, convencidos de que no podemos fallar, de que no basta simplemente con hacer mejor las cosas sino de dejar huella, de marcar un referente obligado, de señalar un antes y un después.
En cada una de estas gestas que hemos llevado, siempre nos hemos mantenido firmes, leales y orgullosos de esta lucha que ha podido dimensionar la grandeza de su gente: buena, perseverante, de una gran lealtad y estatura. Donde algunos ven terquedad, nosotros vemos constancia y congruencia. Este elemento visionario es lo que ha alentado nuestra fortaleza para no doblegarnos, y es lo que nos permite ver, con esperanza, un mejor horizonte.
Hoy como ayer, las causas que dieron origen a este movimiento social siguen vigentes. A dos décadas de distancia, seguimos conservando la ilusión. Vemos en la gente el orgullo de pertenecer y luchar en este movimiento que seguirá transformando la vida pública de Zacatecas y del país.
Ustedes conocen a Ricardo, a mí y a nuestra familia: los Monreal. En nuestra amada tierra hemos tenido toda una vida de adversidades y de éxitos. Forjados en la cultura del esfuerzo y el trabajo, en la vida pública o privada, nos hemos conducido con rectitud y honestidad. Por estos motivos, con orgullo y responsabilidad puedo decir que ¡Soy Monreal! ¡Y sí, soy Monrealista!
No me queda sino reconocer todas las muestras de compromiso absoluto por el rescate y la grandeza de Zacatecas, por tener una patria más justa y prospera, y por el tremendo esfuerzo que supone construir diariamente un mejor futuro para nuestros hijos y nuestras familias.
Para todos los que han compartido este largo camino lleno de obstáculos, mi gratitud permanente. Para quienes en el trayecto nos han entregado su confianza, mi agradecimiento sincero.
¡Enhorabuena! ¡Felicidades a todos quienes han participado en este movimiento! ¡Y quienes quieran ser parte de esta historia, sean bienvenidos!