En los patios del Plantel 1 del Cobaez retumba el trote de 149 alumnos que integran el Bachillerato General Policial de Zacatecas, quienes se disponen a terminar los entrenamientos que diariamente deben cumplir como parte de su formación académica y profesional.
«En tres años, serán buenos policías, pero antes que eso, serán buenos estudiantes y buenos ciudadanos, que es lo que necesita y exige el entorno y la propia sociedad», expresó el Comandante Rubén Santana González.
La disciplina se refleja en todos los aspectos de la actividad grupal, desde los uniformes impecables y portados con aplomo, hasta el entusiasmo y la precisión con que ejecutan las órdenes del también Jefe de Disciplina, quien comenta que, en apenas dos meses, estos jóvenes han cambiado su percepción de la vida.
El Gobierno de Alejandro Tello impulsa esta modalidad académica, novedosa con miras a formar a los futuros oficiales de la policía con vocación de servicio a la sociedad.
«Muchos de estos jóvenes se han fijado la meta de ser alguien en la vida, muchos están aquí porque se infunde la disciplina, se inculcan valores, quieren ser diferentes; ya adquirieron el sentido de pertenencia y desean ser agentes de la policía, de la Marina, médicos o soldados», dijo el Comandante Santana.
Jaqueline Quiroz Delgado y César Temujin Rayas Navarro, con apenas 14 años, se han propuesto ingresar a la Secretaría de Marina. Sus otros compañeros podrían enlistarse en la corporación de seguridad que deseen, una vez que concluyan su formación en la que conocerán distintos campos en materia de seguridad.
Los estudiantes de este bachillerato cursan inglés, matemáticas, química, metodología de la ciencia, lectura y redacción, entre otras materias, y como parte de su formación policial, tienen clases de perspectiva de género, doctrina policial, cultura de la legalidad e instrucción disciplinaria.
Para el comandante Rubén Santana, el Bachillerato General Policial es una nueva oportunidad para los jóvenes de formarse integralmente, con base en valores como la honestidad, la disciplina, la lealtad, el honor, el profesionalismo y, sobre todo, con pasión.
En la primera generación hubo más de 300 aspirantes, pero el cupo sólo fue para 150, quienes, para ser seleccionados y reclutados, debieron aprobar los exámenes físicos, médicos, psicológicos y de conocimientos.
Aunque se conducen con un reglamento, ahí se antepone el respeto y el compañerismo. Ello se demostró al entrar al comedor de forma ordenada para tomar sus alimentos. Una vez que terminan de comer, todos recogen sus platos, vasos y basura, y dejan limpia la mesa.
En el Bachillerato General Policial, de lunes a viernes, de las 8:30 a las 16:20 horas, los jóvenes reciben, gratuitamente, desayuno y comida calientes.
El Gobierno del Alejandro Tello subsidia la colegiatura, lo que a muchos les permite permanecer en la escuela.
A través del Instituto de Formación Profesional, al Bachillerato General Policial se suman también la Licenciatura y Maestría en Seguridad Pública, como algunas de las opciones que se brindan a los jóvenes zacatecanos para que se preparen como agentes profesionales y con vocación.
Jaqueline y César muestran su orgullo de pertenecer a la primera generación del Bachillerato General Policial, y asienten que la disciplina, el orden y la responsabilidad les han ayudado a cambiar sus vidas.
Sumado a la formación académica profesional, al terminar sus estudios de preparatoria, los alumnos también obtendrán la cartilla militar liberada y la licencia de conducir.
Buenos ciudadanos
El Comandante Santana ve en estos jóvenes una oportunidad de formar líderes: «los niños transmiten un gran sentimiento, porque aprenden valores que en otras escuelas, de una u otra forma, se han ido perdiendo».
La apuesta del Bachillerato General Policial está enfocada a que, dentro de tres años, estos estudiantes den un cambio significativo a las instituciones y corporaciones de seguridad en el estado pero, sobre todo, que pongan en práctica las enseñanzas de vida que adquieren ahí.
Pero antes de que sean buenos estudiantes, policías o servidores públicos, con conciencia y voluntad, se les instruye y enseña a que, con humildad, dentro y fuera de la escuela, sean buenos ciudadanos, dijo Santana.