Ciudad de México.- La senadora Geovanna Bañuelos de la Torre, coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT) conminó al Gobierno Federal para que a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, recomiende a diversos organismos internacionales emitir una resolución para prohibir el acaparamiento de las vacunas contra el virus SARS-CoV-2 y sancionar la prohibición de su exportación a fin de garantizar la protección contra esta enfermedad en todos los países.
“Hacer frente a las afectaciones de la pandemia por Covid-19 requiere del compromiso de todas las naciones. El acceso rápido y equilibrado a las vacunas es fundamental para que el mundo retome su ritmo habitual”, aseveró.
Mediante un punto de acuerdo presentado al Pleno del Senado, la legisladora por Zacatecas propone que la Cancillería mexicana convoque a una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la que México presente una propuesta de resolución para prohibir el acaparamiento de las vacunas.
Lo mismo en el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para discutir y en su caso, aprobar lineamientos que eviten el acaparamiento de vacunas contra el Covid-19.
Asimismo, sugiere que sean sancionados los mecanismos que limitan o vetan la exportación de vacunas; y de continuar con esta práctica, los países en vías de desarrollo puedan fabricar el genérico de la vacuna, de acuerdo con la normatividad internacional aplicable.
Geovanna Bañuelos de la Torre destacó que la pandemia ocasionada por Covid-19 ha afectado al mundo entero lo que ocasionó crisis de salud, económica y social.
“A un año del inicio de la pandemia de Covid-19 y gracias al esfuerzo conjunto de científicos de todas las nacionalidades, se logró desarrollar la vacuna contra el nuevo coronavirus, dando paso al proceso de vacunación en todo el mundo con grandes expectativas y como una esperanza para frenar la ola de contagios y muertes”, mencionó.
Sin embargo, lamentó, que se presenten prácticas de acaparamiento por parte de los países desarrollados respecto a la cantidad de vacunas que tienen en sus manos, lo que dificulta el acceso equitativo.
“En la actualidad, los Estados ricos concentran más de la mitad de las dosis compradas a nivel mundial, según las cifras recopiladas por el Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad Duke en Carolina del Norte, Estados Unidos”, expresó.
Y la tendencia actual a que un puñado de países acaparen tantas dosis que profundice la desigualdad en el acceso y consecuentemente prolongue la pandemia.
“Nos dirigimos a un escenario en el que los países de altos ingresos pueden vacunar a toda su población antes de que los países de bajos ingresos logren cubrir los grupos de alta prioridad”, apuntó.
De acuerdo con información del diario The New York Times, los países desarrollados han firmado contratos que, por el volumen de dosis precompradas, se considera un acaparamiento de la vacuna.
Canadá ha adquirido las dosis necesarias para inocular a toda su población cuatro veces, lo mismo sucede con Estados Unidos de América, el Reino Unido y la Unión Europea, entre otros.
En el caso de México, firmó contratos para suministrar a su población la vacuna de manera paulatina; sin embargo, las prohibiciones a la exportación y el incumplimiento de los contratos por parte de las farmacéuticas han causado un retraso en el Plan Nacional de Vacunación.
“Como lo han reiterado, la ONU y la OMS, las prácticas de nacionalismo exacerbado que limitan el acceso a las vacunas para la humanidad son elementos que no ayudan al combate en la pandemia. Al contrario, agravan la situación para las naciones con un menor índice de desarrollo que ven limitado el acceso al derecho humano a la salud”, aseveró Geovanna Bañuelos.
Y concluyó que el combate a la pandemia por el virus SARS-CoV-2 requiere del compromiso de todas las naciones. Por el bien del planeta es fundamental que exista acceso rápido y equilibrado a las vacunas, ya que ello ayudará a reducir considerablemente el índice de contagios y las defunciones por Covid-19; apoyará la reactivación económica de todas las regiones del mundo y redundará en un mayor bienestar para la humanidad a largo plazo.