A un año de que decretara el cierre de escuelas de manera presencial, debido a la llegada de casos de COVID-19 al estado, directivos del Área de Ciencias de la Salud nos expresan las dificultades que se vivieron tanto por parte de los docentes como de los estudiantes para continuar con el semestre de manera virtual.
El coordinador del Área de Ciencias de la Salud, Juan Armando Flores de la Torre, resaltó que el mayor reto que tuvieron que enfrentar los docentes del área fue adaptarse a dar clases de forma virtual desde los hogares, ya que se mezcla lo laboral con lo personal.
Asimismo, añadió que el uso de las tecnologías fue otro reto, donde muchos no estaban adaptados, “el no tener al alumno de frente y hablarle a una computadora ha sido muy complejo”.
Durante este tiempo de aislamiento, expuso Flores de la Torre hemos aprendido a cuidarnos de un agente altamente contagioso, pero lo más importante es que sigamos haciéndolo y aprender a vivir con ello. La vacunación apuntó, llega a un año de esto, pero eso no significa que no se contagien, “hay que seguir cuidándonos y cuidar a nuestra familia y seguir con todas las medidas de prevención, para que esto no repercuta sobre la vida de un familiar”.
El replantear el proceso de enseñanza-aprendizaje en un tiempo record, fue uno de los grandes retos para los docentes de la unidad, así lo expresó la directora de la Unidad Académica de Enfermería, Roxana Araujo Espino, “ha sido un momento muy abrupto, donde estábamos acostumbrados a tener un modelo tradicional escolarizado, a pasar a un modelo virtual, donde en el Estado de Zacatecas menos del 50 por ciento, esto es el 41.3 por ciento tiene acceso a internet, estamos por debajo de la media nacional”.
Además, se ha visibilizado la carencia de herramientas tecnológicas tanto en docentes como en estudiantes, por lo que ha sido necesaria la preparación ante esta nueva situación y continuar con la misión de la unidad, pero con una metodología diferente.
La directora de la Unidad Académica de Ciencias Químicas, Argelia López Luna explicó que las pandemias siempre modifican las vidas y México no estaba preparado para un cambio en la educación, en donde la UAZ tuvo que enfrentar desafíos mayores para continuar con la educación.
“Puedo decir que el peor momento de la pandemia fue el cierre de las escuelas, y eso nos hizo recapacitar de que tenemos que responder ante los retos de la educación en México. En nuestra universidad esta pandemia nos trajo cambios de visión sobre la educación, sobre los objetivos de nuestros trabajos, sobre nuestros programas que deben estar enfocados a resolver problemas de salud, sociales y tecnológicos, y sobre todo ponerlo al servicio de la sociedad”.
Para el caso de los estudiantes, la directora de la Unidad Académica de Odontología, Leticia Rodríguez Villalobos opinó que los retos que enfrentaron fue la adaptación y el problema de la conexión, ya que muchos de ellos son de diferentes municipios del estado y su conexión no era buena, por lo que se vio la forma de evaluarlos de manera diferente, “esto creo mucho estrés en los estudiantes”. Otro factor fue el no tener práctica clínica, ya que en Odontología dijo, “la vida de la escuela son las clínicas”.
A un año de la contingencia en nuestro estado, la directora de la Unidad Académica de Medicina Humana y Ciencias de la Salud, Rosa Martha Covarrubias Carrillo manifestó que continua la preocupación a pesar de estar en semáforo amarillo, “no debemos de bajar la guardia, tenemos que seguir cuidándonos por nosotros, por nuestros estudiantes, por nuestros familiares, pero sobre todo por los médicos, que muchos de ellos no estamos vacunados y atendemos a muchos pacientes que siguen llegando enfermos de COVID”.