Recordando al recién fallecido Vicente Rojo, pilar de la gráfica mexicana, fundador de Ediciones Era, y de quien se dijo “marcó toda una época como pintor y diseñador editorial”, el docente investigador de la Unidad Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Gonzalo Lizardo, acompañado vía remota por la escritora Ana García Bergua, presentó en la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Guanajuato (FILUG), la obra del 2020 “El grafópata o el mal de la escritura”.
Y es bajo el sello editorial en mención que el universitario en palabras de la propia García Bergua, comparte a los lectores “un compendio de textos, que no es un compendio azaroso, sino que habla de la pasión por la escritura, de una pasión que corre no solo por la curiosidad o el afán de conocimiento, sino por la búsqueda de un espíritu humano que corriera por todo el arte y la literatura”. Desde la frase que Gonzalo expone de “leo para escribir, porque escribo para vivir, porque vivo para leer, es el destino circular del grafópata o grafópates, es decir, de aquel que padece la literatura como si fuera un mal crónico o un vicio lúcido que se adquiere por contagio y que solo unos pocos desean curar en esta enfermedad que acogió a muchos autores”, disertó la también escritora.
En la visión que el autor planeta, el grafópata representaría alguien que, como él, “siempre está pensado en escribir, más parecido -dijo- “a un juego circular de leer y escribir, y escribir y leer, todo para nutrir nuestra vida”. La idea, expresó, “nace de una reflexión del por qué escribo, y escribo porque no puedo evitarlo, es una especie de enfermedad, un phatos, no podría dedicarme a otra cosa más que en eso que se llama literatura, la vida no sería la misma si nos dedicáramos a otra cosa”.
El grafópata, entonces, es particularmente una serie de ensayos entrelazados de literatura, cine y música, y tocan a personajes como Bob Dylan, Monterroso, Cortázar, Arreola, Borges, Joyce, Sor Juana y Salvador Elizondo, del cual Gonzalo Lizardo tomó la idea de “grafógrafo”. Este libro, manifestó Lizardo, “puede leerse como una colección de cuentos o ensayos donde aparece un personaje que se llama Matías Jiménez, y que además describiría a ese grupo de amigos que siempre me están nutriendo de sus ideas por medio de la literatura que no es un vicio solitario, sino compartido, yo les gradezco que me hayan enseñado a leer y a escribir, y de esa forma es que los agrupé bajo esta figura de Matías Jiménez que funciona más o menos bajo la figura de “poeta maldito”, es decir, un prolongar un juego de los dobles en el texto y una forma retribución social a mis colega frente a los lectores, el público”.
Uno de sus ensayos “Sobre la fábula de los autores que se bifurcan”, expone la problematización sobre lo que la gente piensa qué es el autor. En esta figura, “nos damos cuenta de que a los autores se nos piden muchas cosas, sobre todo al que se le dice el autor ideal, que es el que está metido en el libro, y al que es el autor real”. La figura del autor cambia porque la sociedad cambia. En estos tiempos posmodernos no se pide a los artistas, a los músicos, a los poetas, lo mismo que el siglo o el milenio pasado. Su función es histórica, depende de los modos de producción, de la ideología, pero también de los mismos creadores, de su conciencia o de su falta de consciencia social o estética.
En suma, este libro del escritor Gonzalo Lizardo, es una serie de homenajes a los escritores que ya se señalaban anteriormente, y que el autor recopiló en toda esta serie de ensayos y temas para al final, darles una unión o una conexión que dieron como resultado “El grafópata o el mal de la escritura”. Al público interesado en ver toda la presentación del autor, pueden acceder al siguiente enlace: http://www.filug.ugto.mx/pabellones/pabellon-foro-leer-en-comunidad?el-grafopata-o-el-mal-de-la-escritura-era-2020