Ciudad de México.- El Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo refrenda su compromiso con la clase trabajadora y como impulsor de la Cuarta Transformación de México siempre estará a favor de las reformas necesarias que permitan acabar con la opresión, la explotación y el abuso de los patrones, así como con las nuevas formas de esclavitud moderna como el outsourcing, afirma la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre.
“Nuestro partido, como su nombre lo indica, tiene razón de ser en las y los trabajadores, quienes son la fuerza que saca avante a nuestro país. Por ello, reafirmamos nuestro compromiso de velar por los derechos individuales y colectivos y desde el Senado hemos apoyado diversas reformas como el reconocimiento de los derechos laborales a las y los trabajadores domésticos; la regulación a la subcontratación; democratización sindical; protección laboral, entre otras”, enfatiza.
La coordinadora de la Fracción Parlamentaria del Partido del Trabajo en el Senado de la República destaca que la conmemoración del 1º de mayo, Día del Trabajo, es una celebración tradicional que pone de manifiesto que la lucha por mejorar las condiciones laborales de las y los trabajadores sigue vigente.
En este sentido, recuerda que históricamente el PT ha encabezado la defensa de los derechos laborales, “en nuestro origen, camino y destino, siempre hemos estado, estamos y estaremos a su lado”.
Geovanna Bañuelos subraya que el trabajo es un derecho fundamental y esencial para la realización de otros derechos humanos y constituye una parte inseparable e inherente de la dignidad humana.
“Así lo reconoce el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
El trabajo, como actividad humana, constituye un elemento indispensable en el cumplimiento de la ley natural de la vida. El trabajo es también un fenómeno histórico, social, cultural y político para el pleno desarrollo de una sociedad.
En este sentido, dijo es indispensable entender que el trabajo por su propia naturaleza expande su importancia al ámbito económico, social y por ende político.
De ahí la necesidad de los Estados a asegurar que quienes trabajen, gocen de los beneficios de los derechos fundamentales de la persona que labora.