Concluyen los Trabajos del “III Coloquio Sobre Cultura Virreinal”

Finalizó con gran éxito el “III Coloquio sobre Cultura Virreinal” celebrado en el Auditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, que organizó la Unidad Académica de Estudios de las Humanidades (UAEH) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), en conjunto con la Universidad de Guadalajara (UdeG), el Departamento de Letras y el Departamento de Filosofía, evento académico donde se llevaron a cabo una serie de presentaciones llenas de reflexiones y nuevas ópticas por parte de múltiples investigadoras e investigadores de mencionadas instituciones.

 

José Enrique Atilano Gutiérrez, de la UAZ, inició la última jornada con “La Nueva Babel Indiana: tradiciones grecolatinas en los manuscritos sobre la conquista de México”. Habló de red de información filtrada que hace que no llegaba completa a las cortes. Un ejemplo es la quema de las naves por Cortes. Se elabora un relato reconstruido en base a episodios, versiones e interpretaciones. Cortes justifica lo que hizo para servir a Carlos V, diciendo que se trató de derivar torres, quemar ídolos … y así, un evento bélico aparece como un suceso de fundación cristiana. El investigador comenta varios autores, haciendo labor hermeneútica e historiográfica.

 

Siguió Rey Fernando Vera García, de la UNAM, con “El teatro dieciochesco novohispano como precursor de la música tradicional mexicana”. El teatro inició en parte en las pulquerías del siglo XVIII en la CDMX. Eran lugares muy apreciados, de reunión social y donde se daban representaciones. Las comedias eran compuestas de tres segmentos: había poesía declamada y cantada, luego 4 décimas declamadas y finalmente un jarabe o baile zapateado. El teatro virreinal es considerado como precursor de la música tradicional mexicana.

 

Edmunda Rojas presentó un trabajo sobre “La relojería mecánica y el privilegio de medir el tiempo personal en la sociedad novohispana del siglo XVIII.” Empezó por la construcción de los relojes monumentales de torre de iglesia, que, además de proporcionar el cómputo del tiempo a todos los ciudadanos, eran un espectáculo para la sociedad. Eran fabricados en los virreinatos por especialistas y requerían de mantenimiento costoso. El reloj monumental de la CDMX data de 1554, y se hicieron en muchas ciudades. Posteriormente, la gente buscó tener un reloj más pequeño y personal, de mesa, para sus casas. Y finalmente, en el siglo XVIII, apareció el reloj de bolsillo y luego de pulsera, perfeccionando la miniaturización y la automatización.

 

Prosiguió Hugo Humberto Salas Pelayo, de la UDG, ilustrando sobre “Los archivos judiciales como fuente histórica para estudiar los saberes médicos de Guadalajara, 1790-1821”. En base a una minuciosa investigación, analizó las certificaciones medicas para aclarar las practicas terapéuticas. Revisó casos de heridas, descalabros, autopsias y más. En el siglo XVIII, en la Universidad de Guadalajara, se dispuso de las disecciones judiciales para prácticas de la enseñanza médica. Comentó que existía una diferencia social entre los médicos, graduados de la universidad y con mucho prestigio, mientras los cirujanos eran menospreciados por ser manuales. Ellos que tocaban los pacientes, hacían prácticas anatómicas, amputaciones y operaciones, y eran considerados al igual que los carniceros, barberos o sangradores. En 1840, una reforma en la Universidad de Guadalajara reunió médicos y cirujanos en una sola profesión.

 

Continuó Joaquín Rodríguez Beltrán, de la UDG, con “Dos tratados de Francisco Javier Clavijero considerados perdidos hasta ahora: la Física General y la Metafísica”. Existen tres documentos en el archivo de Guadalajara que son variantes de la “Physica particularis”. El investigador se pregunta si son de Clavijero. La letra de Clavijero es conocida y de ninguno se puede decirse que es autógrafo. Revela los indicios que lo llevan a esta reflexión: existen unas referencias internas a la orden jesuita, hay coherencia expositiva (el orden en que se enseñaba la filosofía en la época virreinal era: lógica, física general y particular y metafísica) y otro indicio son las etimologías en náhuatl. Además, Clavijero dice que San Juan Nepomuceno, que era su patrono personal, era patrono de la filosofía. Para el investigador, son muchos indicios claros que los textos son de Clavijero.

 

El investigador y también organizador del Coloquio por la UDG, José Luis González Rojo, cerró la mañana con unas “Miradas novohispanas sobre la filosofía natural (siglos XVI y XVII): Alonso de la Vera Cruz y Antonio Rubio”. Ambos presentan diferencias en entender el objeto de la ciencia natural. González Rojo rastrea en su obra la huella del tomismo que recibieron de sus maestros de Salamanca, e interpretaciones del aristotelismo. Querían generar mejor compresión del pensamiento escolástico. La obra de Vera Cruz es de física especulativa, se preocupa por definir términos para su uso correcto y beneficio de sus estudiantes. El Padre Antonio Rubio se interesa en el origen de la filosofía. Se centra sobre cómo el intelecto puede captar el universal y diferencia ciencia practica y especulativa. El investigador concluyó que hubo matices en la enseñanza de la escolástica.

 

Iniciado la tarde del 3er día, José Alejandro Valadez Fernández, de la UAZ, presentó “Heterodoxas en el claustro. Monjas enjuiciadas por la Inquisición novohispana a finales del siglo XVIII y principios del XIX”. Disertó sobre actitudes, expresiones o modo de vida de monjas que iban en contra de las reglas de vida religiosa y que ponían en peligro el equilibrio en el convento. En ocasiones, esas actitudes heterodoxas eran imputables a la manipulación del confesor y guía espiritual, aunque se revelaban con la propia denuncia del confesor, apoyado en los testimonios de las compañeras. Generalmente, el castigo se limitaba a una penitencia y el cambio de guía espiritual para las monjas, quienes siendo menores de edad beneficiaban de la protección del obispo, mientras hubo casos de encarcelamiento por parte de la inquisición para el confesor.

 

Siguió Vladimir Atahualpa Martínez Bello, de la ENAH, con “El obraje de Juan Rivera en Texcoco como semillero de la idea del demonio Mantelillos, durante el siglo XVI”. Expuso unos casos de pactos con el demonio desde la historia cultural, considerando las circunstancias sociales. A través del demonio de mantelillo, proveniente de Senegal, acudió al concepto de aculturación en cuestión de representación del demonio en el México Virreinal.

 

La investigadora Annia González Torres expuso un tema trabajado conjuntamente con Adolfo Yunuen Reyes Rodríguez, ambos del INAH-ENAH, “Fingimiento Místico. María Cayetana Loria frente a la representación de la ilusa novohispana”. Cayetana, una mujer rústica, mulata, presumida y orgullosa, fue considerada como endemoniada. Se la juzgó ilusa, es decir que tuvo experiencia mística no auténtica y fue acusada de pecado de vanidad y soberbia. Esos casos se dieron mayormente en mujeres y también se convirtieron en un medio de subsistencia.

 

Continuando, la conferencia magistral ofrecida por Alberto Ortiz, del DEN de la UAEH UAZ, llevó el auditorio al clímax del evento, con el tema “Imaginario demonológico en el Nuevo Mundo”. El investigador habló de tratados de hechicería y superstición. Abordó el traslado del mito diabólico del Viejo al Nuevo Mundo. Para ilustrar la interesante teoría de la conquista del diablo realizando su propio apoderamiento en América, el conferencista se refirió a una selección de textos que van guiando este pensamiento sobre maldad innata, maldad introducida, territorio de conquista diabólica, además de confusiones entre ídolo, nahual y diablo. Finalmente, y para saber más sobre el tema que ha estudiado profusamente, recomendó la lectura de su libro “Diablo Novohispano. Discursos contra la superstición y la idolatría en el Nuevo Mundo”.

 

En conclusión, a lo largo de tres días densos en información, pudimos apreciar la diversidad de los resultados de investigación compartidos desde la literatura, lingüística, libros antiguos, autores, historia religiosa, política y cultural, rituales y comportamientos virreinales, relaciones entre españoles, criollos, mestizos, mulatos e indígenas, origen de tradiciones y costumbres actuales ubicadas en el pasado colonial, filosofía escolástica, pensamiento barroco y neoclásico, derecho, demonología, medicina, relojería, emblemas, pintura, juegos, teatro, música y baile.

 

Con unas palabras de clausura y al fijar cita para la próxima edición del Coloquio sobre Cultura Virreinal, los organizadores comentaron que abrirse a horizontes más allá de la Nueva España permitirá en un futuro abordar temas sobre más virreinatos, e invitaron al convivio final.

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