El Alma de la Constitución: Rafael Rodríguez | Conexión 58

El Alma de la Constitución: Rafael Rodríguez

El docente investigador de la Unidad Académica de Derecho (UAD) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Rafael Rodríguez Rodríguez, invitó a la reflexión por el festejo de la Constitución que fue promulgada el 5 de febrero de 1917 en el Teatro de la República de Querétaro, y que entró en vigor en mayo de ese mismo año.

El universitario explicó que la Constitución es el documento fundamental que organiza la vida política, social y jurídica de un país. Además, establece reglas básicas para la convivencia, protege los derechos humanos, limita el poder del Estado y promueve la justicia social. Aquí radica la importancia en que garantice el orden, la estabilidad y el bienestar de la sociedad, adaptándose a los cambios y desafíos de cada época.

El también abogado, resaltó que la constitución es el corazón de un Estado de derecho y el reflejo de los valores que une a una nación. “La Constitución Mexicana de 1917, es un documento histórico que marcó un hito en la historia de México y del mundo, siendo la primera en incluir los derechos sociales como resultado de la Revolución Mexicana, movimiento social y armado, que buscaba terminar con la dictadura de Porfirio Díaz y establecer un sistema más justo e igualitario”.

Expresó que el cumpleaños de la Constitución de 1917, es la oportunidad para reflexionar sobre los avances y desafíos en materia de derechos humanos en México, y en el caso del artículo 1° es el punto de partida, sentando las bases para un México más justo e igualitario. Este artículo, agregó Rodríguez Rodríguez, es la base de todo el sistema de derechos humanos en México, el cual ha sido reformado en tres ocasiones, en el 2001, 2006 y la última en el 2011, que fue de gran trascendencia porque incorporó los tratados internacionales, marcando de esa manera un antes y un después en la protección de los derechos humanos.

Finalmente, señaló que, desde una síntesis filosófica del humanismo, el liberalismo y la justicia social, se estableció que el individuo es el centro del Estado y que su dignidad es el fundamental de toda la orden jurídica, ya que no solo es una norma legal, sino una declaración de principios éticos que buscan garantizar una sociedad más justa y equitativa. Además -puntualizó-, se debe tener en cuenta que existen retos actuales como la discriminación y desigualdad persistente, la impunidad y el acceso a la justicia y el educar en derechos humanos.

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