La presentación de la iniciativa para reformar la ley del ISSSTEZAC en el periodo de mayor desmovilización de la sociedad es una confesión de parte de sus impulsores de que dicha iniciativa contiene disposiciones que lesionan los intereses de los trabajadores al servicio del Estado.
Legislar en etapas decembrinas es una artera táctica que se ha empleado en deuda pública, los quebrantos de los banqueros y para consumar el golpe al interés nacional en muchos años: La reforma energética.
Las diversas instituciones de seguridad social del país han sufrido en los últimos 20 años muchas reformas en balde, porque no han resuelto ninguno de los problemas que se proponían atender y en cambio han incrementado sensiblemente las aportaciones de los trabajadores, ampliado el tiempo de vida activa para aspirar a la jubilación y las prestaciones han sido disminuidas en cantidad y calidad.
En el caso del ISSSTEZAC el discurso oficial ha transitado del oportunismo desbordado al diagnostico catastrófico que introduce una dosis de chantaje al hacer de la reforma asunto de vida o muerte para el organismo.
¿Por qué en vez de alusiones vagas a los “abusos del pasado” no se ha puesto en práctica un programa correctivo que eficientice la administración? y ¿porque no se ha procedido conforme a derecha a castigar las conductas punibles que se filtran en aras del golpeteo político?.
Por lo hasta aquí expuesto, Morena coincide con las opiniones vertidas al interior de la legislatura en el sentido de rechazar un madruguete legislativo.
Morena no se aferra a mantener la ley tal como está, pero mantiene la postura de que el proceso legislativo debe ser fruto de una discusión amplia y democrática y que el ISSSTEZAC puede mejorar su situación financiera patrimonial con un conjunto de medidas que se toman por el espíritu comodino y el temor a tocar ilegítimos intereses.
