Por: Dr. Ricardo de la Rosa Trejo
Acatando el mandato constitucional, he rendido protesta de cumplir y hacer cumplir las leyes que rigen nuestra sociedad. Lo he hecho con la gran emoción de poder gobernar y de ser parte de la historia de nuestro municipio por tercera ocasión.
He venido hoy a comprometerme, a ponerme a sus órdenes, a encabezar los esfuerzos de mujeres y hombres que todos los días sirven, desde el gobierno municipal, a todos los trancoseños.
Nuestro municipio lleva orgullosamente el mismo nombre, de origen portugués, que otros dos Trancoso que existen en el mundo: uno localizado en Brasil y el otro en Portugal, éste último país cuna del ilustre premio nobel de literatura, José Saramago. Y es precisamente un pensamiento de Saramago el que mejor define la actitud ante la vida que tenemos la mayoría de los trancoseños, ya que como él, creemos que “los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay”.
Y sí, somos pesimistas, porque aunque Trancoso es el lugar que a muchos nos ha dado mucho o todo, siendo un municipio joven, con apenas trece años de vida, empieza a ser víctima de su propio crecimiento.
Con un pasado esplendoroso como una de las haciendas zacatecanas más prósperas durante el siglo XIX, es hoy Trancoso un grito angustiado de rabia, una protesta continua de quienes queremos vivir en paz, de quienes aspiramos a vivir en un entorno limpio, seguro, en armonía con la naturaleza, con empleos bien remunerados, con justicia, con prosperidad.
Hoy los miembros del cabildo, rendimos protesta e iniciamos ilusionados la honrosa encomienda de gobernar nuestro municipio. Reconozco principalmente entre todos ellos a los que fueron ejemplares contendientes, con quienes nos une el amor a Trancoso. Agradezco que después de la lucha por la representación política, juntos, hoy, trabajemos en beneficio del pueblo a quien todos fuimos a pedir el voto de confianza, porque juntos, todos los miembros del cabildo aquí presentes, representamos la expresión total pero diversa de la voluntad popular manifestada en las urnas.
Para quienes hoy los ciudadanos nos han otorgado la más alta distinción temporal de conducir los destinos de un pueblo lastimado, incrédulo, desesperado, pero a la vez esperanzado de que las cosas cambien para bien, hemos de hacer un compromiso firme de actuar de una forma diferente, con una mística y vocación de servicio, con la convicción de que hemos venido a servir y no a servirnos, con la firmeza de ser fieles a la máxima juarista, hoy más vigente que nunca: “Los gobernantes, republicanos de corazón, se conforman con vivir en una honrosa medianía, que aleja de ellos la tentación de meter mano en las arcas públicas, para improvisar una de esas vergonzosas fortunas, que la sociedad reprueba y que la sociedad siempre maldice.
Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes: no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo resignándose a vivir en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado.”
En el mismo contexto, agradezco a las y los funcionarios del gabinete que habrán de servir a nuestro municipio el haber aceptado participar en este desafío, en esta aventura de hacer las cosas de manera diferente y de trascender como una generación de funcionarios probos y comprometidos con su pueblo, pero también les digo: Nuestro Municipio no aguanta más; no seré un presidente cómplice ni solaparé a quienes tomen un peso del erario público en su beneficio ni a quienes por negligencia o dolo sigan dañando a nuestra sociedad.
El día de hoy recibimos un Ayuntamiento en condiciones difíciles, agobiado por las deudas. Un municipio cuyos barrios y comunidades reclaman servicios de infraestructura básica por el crecimiento tan grande que han tenido. Un municipio que requiere urgentemente mejorar su imagen urbana. Un municipio que anhela convertirse en un centro de atracción turística, aprovechando para ello el tesoro que representa su arquitectura antigua, su riqueza cultural, sus costumbres y tradiciones centenarias, y también su estratégica cercanía con la capital del estado.
En la coyuntura actual de nuestro México penosamente convulsionado, desde esta trinchera municipalista a nosotros nos toca luchar en la defensa de los derechos de los trancoseños. En defensa de su derecho a la salud, de su derecho a la vivienda, de su derecho a la educación, de su derecho al trabajo, de su derecho a un medio ambiente sano, de sus derechos humanos.
La cara de este gobierno municipal tendrá un rostro social por excelencia, pues estamos plenamente convencidos de que la lucha exitosa contra esa suerte de cuatro modernos jinetes apocalípticos que son la injusticia, la inseguridad, la corrupción y el hambre, debe concentrarse en erradicar sus causas, pues un gobierno que se obstina en atacar sus consecuencias será, sin duda alguna, un gobierno extraviado, tanto en sus propósitos como en su desempeño.
Ciudadano Gobernador del Estado, Miguel Alonso Reyes: sabemos de su acendrado espíritu municipalista y federalista, el cual compartimos, y que no es otra cosa que la colaboración fraterna de los tres niveles de gobierno para cumplir con el ordenamiento constitucional y en contra del centralismo que regularmente genera gobiernos impositivos, opresores y corruptos. En el gobierno municipal y en el pueblo de Trancoso usted tendrá un aliado confiable en su lucha por transformar Zacatecas, pues si bien es cierto reivindicamos la autonomía municipal sustentada en el contenido del artículo 115 constitucional, también entendemos el papel que jugamos como parte constitutiva del Estado, con derechos, pero también con obligaciones y responsabilidades.
Estamos ciertos, también, de que formamos parte de la pluralidad política que caracteriza a los zacatecanos, y de que sólo el diálogo, la confrontación de ideas y la tolerancia entre quienes pensamos diferente, nos dará la posibilidad de tener una mejor convivencia, una identidad como pueblo y una indispensable unidad de objetivos a perseguir.
Finalmente, a todos los trancoseños les decimos que sabremos mandar obedeciendo, que haremos todo lo posible por responder positivamente a la confianza que han depositado en nosotros, haciendo de la forma de ser democrática nuestro estilo de vida.
¡Viva Trancoso!
¡Viva Zacatecas!
¡Viva México!