Si bien fue el anhelo de varias generaciones, correspondió a las actuales verlo cristalizado; la gestión de la diputada Patricia Mayela Hernández Vaca y el respaldo del alcalde Fernando Uc Jacobo, así como el impulso del gobierno del estado y otros factores, se combinaron para hacerlo realidad.
Luego de 45 años de historia, el viejo campo en el que dieron sus primeros puntapiés y se formaron cientos de futbolistas a nivel local, cerró su ciclo para dar paso a la modernidad y convertirse en una cancha de futbol rápido con pasto sintético.
La alegría se reflejaba en el rostro de decenas de niños que ansiaban cruzar la malla que rodea el lugar, para pisar por vez primera la superficie verde, con el terreno reglamentariamente delimitado, e introducir el balón en sus porterías.
Por ello el júbilo estalló cuando el munícipe y la legisladora realizaron el corte simbólico del listón, acompañados por autoridades educativas, padres de familia, directivos, maestros y alumnos. Al primer silbatazo, los invitados especiales probaban suerte disparando un tiro penal, que algunos anotaron y otros no; el portero de la escuela se lució con varias atajadas.
Así se hacían efectivas las palabras del presidente Fernando Uc quien momentos antes metaforizaba con respecto del deporte al señalar que “no siempre se acierta cuando se hace un tiro, pero la diputada Paty lanzó uno preciso al impulsar este proyecto”.
Hizo una remembranza de su paso como docente por esta institución y recordó que siempre fue un sueño tener un lugar digno para que los alumnos jugaran al futbol y hoy se vuelve realidad, dijo el alcalde quien recordó que la educción debe ser integral e impulsar el potencial de los niños en las diversas áreas académicas pero igual con el deporte, pues el desarrollo físico considera una mente sana y cuerpo sano.
Pero esto no termina aquí; la diputada Patricia Mayela Hernández se pronunció por seguir haciendo gestiones para el municipio y el distrito, mientras que el munícipe respondió favorablemente a la petición de la institución en el sentido de construir la banqueta lateral para evitar que haya filtraciones de agua que dañen la superficie de la nueva cancha.
En un costado, algunos invitados, (niños de ayer), evocaban su paso por esta institución, con sus múltiples árboles frutales que hoy son historia, así como las dos higueras que estaban sobre el terreno de juego, los rebotes en la pared como parte de las “cascaritas”, el enorme chabacano que hacía las veces de banderín de tiro de esquina, los verdes y cuidados prados, la acequia, el gran ciprés y otros recuerdos.
Por su parte, los niños de la actualidad se adaptaban de inmediato a las condiciones de su nuevo espacio de juego y daban rienda suelta a su deseo de por fin estrenar la nueva cancha, donde se desarrollaron varios encuentros como parte de la gran fiesta que fue la inauguración y que ni el severo descenso de la temperatura pudo impedir.